Jueves Santo
VIRGEN DE LA VICTORIA DEL TIEMPO,
PARAN EL PASO DE JESÚS DE LA PASIÓN,
LA CRUZ VACÍA (DESCENDIMIENTO)
VIRGEN DE LA VICTORIA DEL TIEMPO
José Manuel Gómez Fernández
Jueves Santo. Sevilla.
Año dos mil trece. Noche.
El programa de mano anuncia que en aquel instante pasa la cofradía de las Cigarreras por una calle cercana al Alcázar, al lado de las piedras seculares de la Catedral.
Empiezan a llegar los nazarenos tras la Cruz de guía, un río de capirotes morados que desafía la llovizna que empieza a caer.
El programa de mano anuncia que en aquel instante pasa la cofradía de las Cigarreras por una calle cercana al Alcázar, al lado de las piedras seculares de la Catedral.
Empiezan a llegar los nazarenos tras la Cruz de guía, un río de capirotes morados que desafía la llovizna que empieza a caer.
La Virgen de la
Victoria aparece en una esquina, llevándose prendidas las miradas y
súplicas de los fieles.
Nadie mira ya los relojes, nadie abre ningún paraguas.
El paso avanza lento, recreándose en la marcha que toca la banda que viene detrás, "La madrugá" de Abel Moreno.
Así Sevilla "procesiona" a sus vírgenes, con la lentitud y parsimonia del trabajo bien hecho, con el sudor y el esfuerzo de los costaleros transmutado en belleza, armonía y elegancia.
Nadie mira ya los relojes, nadie abre ningún paraguas.
El paso avanza lento, recreándose en la marcha que toca la banda que viene detrás, "La madrugá" de Abel Moreno.
Así Sevilla "procesiona" a sus vírgenes, con la lentitud y parsimonia del trabajo bien hecho, con el sudor y el esfuerzo de los costaleros transmutado en belleza, armonía y elegancia.
Cuando vuelvo a mi
ser, contemplo asombrado que mi reloj de pulsera no funciona. El
tiempo se ha estancado definitivamente.
Las gotas de lluvia en mi chaqueta han desaparecido. El cielo tiene entonces sombras de primavera oculta, matices de nubes antiguas que vieron partir galeones que llevaron a tierras américas la antigua fe en Cristo.
Las gotas de lluvia en mi chaqueta han desaparecido. El cielo tiene entonces sombras de primavera oculta, matices de nubes antiguas que vieron partir galeones que llevaron a tierras américas la antigua fe en Cristo.
Allá en la altura, la
Giralda, torre fortísima, contempla un cielo de nubes nuevas,
sudario que el viento orea y que habrá de llevarse nuestros dolores,
más allá de las tierras del ensueño, a donde el tiempo, vencido,
no habrá de incordiar más nuestras almas de fieles cristianos.
PARAN EL PASO DE
JESÚS DE LA PASIÓN EN LA NOCHE DEL JUEVES SANTO
Gonzalo Gragera
Gonzalo Gragera
Delante de ti,
Whatsapp, los bares de copas,
madera grave,
compleja evidencia,
eleva las
calles.
Whatsapp, los bares de copas,
selfies, los
chavales
aburridos, corbatas vintage
sobre sus trajes.
Y tú por los balcones
de las cumplidas
amistades,
la conversación prescindible,
los días
trascendentales.
En la casa, de clase media,
los
oficios liberales,
visten túnica de ruán:
los hijos y
el padre.
Ya dan las diez de la noche,
enciende
la tablet:
ya está por la Campana
la Virgen
del Valle.
Y delante de ti,
sigue, madera grave,
un paisaje que suele dar
a
todos los paisajes.
LA CRUZ VACÍA (DESCENDIMIENTO)
Fernando Moral
Esta noche nos proclama
cuánto
de oscuro está el mundo
de los
hombres y el profundo
desamparo
del que llama
a Dios.
Mudas en la rama,
las
aves lloran la vida
que huye
con la venida
del
día, porque la luz
ha
muerto. Queda la cruz
vacía
de quien nos cuida.
© de todas las fotos: Ramón Simón García
Dedicado a nuestro hermano mercurial José Miguel Ridao. ¡Ánimo!
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